Es el
título más breve del catálogo (dura solo hora y media): se incluyó la Obertura
para obviar, en parte, este defecto.
Prácticamente nunca se representa. Su exotismo puede haberla perjudicado (se desarrolla en el Perú del siglo XVI, en plena época de conquistas).
Prácticamente nunca se representa. Su exotismo puede haberla perjudicado (se desarrolla en el Perú del siglo XVI, en plena época de conquistas).
El propio
tema, cogido de Voltaire, quedó muy desvaído por la censura. El autor francés
intentaba defender al oprimido y se mostraba en contra de la civilización que
el hombre blanco impone a los llamados “salvajes”. Era innovador pero no parece
propio para una ópera. El estreno resultó un fracaso y la
obra quedaría encuadrada como rareza
dentro del catálogo verdiano.
Alzira está lejos de ser una obra maestra pero hay que
decir en su favor que existen páginas que demuestran la habilidad del músico,
como las dedicadas a la protagonista. No faltan tampoco momentos en los que se
asoma el típico dramatismo de Verdi, su pasión y su vibración emotiva. La ópera
no resulta farragosa ni monótona. Con un buen reparto y una buena dirección,
Alzira podría hoy pasar la prueba de fuego de la representación
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